2003. De principios y finales.

Qué sensación TAN extraña.

No sé cómo, he recordado el blog de una chica que leía hace siglos. Cuando comencé con mi primer blog, solamente tenía relación con ella y tres personas más. Así fue durante bastante tiempo, hasta que comenzó a llegar más gente que escribía en español a ese portal.

He entrado y he visto que no actualiza desde hace unos meses. Eso no me ha extrañado; los cinco que estábamos en un principio ya no escribimos. O, al menos, no escribimos ahí.

Había borrado su blog entero. Sólo quedaba la última entrada, de despedida. Una entrada para salir.

En sus links estaba el blog de su novio. Pasé. Lo mismo. Borrado entero. Y la última anotación la hacía ella misma; decía que no quería que todo el mundo se enterase ahora de su historia, "antes era distinto, no lo leían demasiadas personas". Y es cierto, incluso cuando había más españoles, su blog pasaba desapercibido. Era un continuo encadenamiento de pensamientos y sentimientos. Sin orden alguno. Ya no está ya en ningún sitio escrito.

Y he notado un escalofrío. Es que todo ha cambiado en un segundo. Gran parte de lo que ahora es mi vida, cambió cuando comencé a escribir en aquel primer blog. Ellos estuvieron presentes en aquellos cambios. Es raro, sólo eso.




[Audio: Red Sparowes - Mechanical Sounds Cascaded Through The City Walls And Everyone Reveled In Their Ignorance]

métemelo todo en vena

Acabo de estar escuchando te echaré tanto de menos de Los Planetas mientras miraba la web de J., y uh ah ihh...

Estoy yendo al loquero desde hace algo más de un mes. Desde que empezó el mes me encuentro totalmente serena, pero bueno, por si recaigo, quiero tenerle ahí. Hoy, por primera vez me ha dicho algo que me ha servido. Y una cosa sí, me encanta mandar el mundo a la mierda :)

No sé muy bien qué hacer el año que viene con mis estudios. He pasado de estar obcecada con una sola cosa, a que me gusten veinticinco. Pero por lo menos estoy bien.

La gente es feliz cuando viaja. Y es más feliz que durante el resto del tiempo -a menos que el motivo del viaje sea desagradable-.

Ultimamente tengo la manía de fijarme demasiado en mariquitas. Agh. Y mariquitas comprometidos. ¿Etapa post-masoca? ¿Etapa muy-masoca?, ¿Qué me pasa, doctor?

Basicamente, ahora mismo, lo que me hace falta es un polvo.

Me encantan estas etapas multi-productivas que tengo. Todo el tiempo quiero hacer cosas, todo el tiempo quiero aprender, estoy acelerada, con los biorritmos por las nubes. Y con las hormonas en ese mismo sitio, ahora que llega la primavera. No he llegado a mi punto álgido, pero estoy segura que en abril estaré cachonda perdida a cualquier hora.

Yo lo que necesito es un bonito vibrador. El gusanito rotador, a ser posible. Y en verde.



[Audio: Le Tigre - Hot Topic]

delete your past

Estoy a punto. Y aparte.

Estallo. Recurro a un blog que nadie lee y en el que nadie me conoce para desahogarme. Mi diario de puño y letra, lejos también.

Y hay gente que me gustaría estrangular. Hay meses que me gustaría arrancar del calendario. Habrá lagrimas que me trague yo sola, viendo pelis deprimentes o canciones retorcidamente estremecedoras. Coño, cuando estoy cabreada-triste-asesina sale a relucir mi vocabulario más pedante.

Estoy hasta la cona de muchísima gente. Lo que tengo son ganas de dar carpetazo e irme a una ciudad lejana donde no conozca a nadie. Pero seguro que saldría mal, porque ya pasó una vez. Realmente no sé qué mierda me pasa, no sé cómo actuar.

Punto uno: no pienso aguantar ningún novio/ligue/hombre-florero de mis amigas. Ni tolerarlo si no me da la gana. Edad imbécil por la que me toca pasar. Todo nuevo. Coños nuevos, pollas nuevas, experiencias nuevas. A mí que me den por culo, que me gusta.

Malditos doscientosypico euros de la matrícula de autoescuela. Juro, JURO, que si no los hubiese pagado mi madre, cogía la maleta con tres cosas y me iba. No sé a donde. Cogería un tren y a correr.

Ayer J. me dijo algo que me gustó mucho. "Eres imprevisible, eso es lo que te hace especial". Y ese comentario me encantó. Me encanta en cualquier momento, esté triste o alegre.

Ir al psiquiatra, por ahora, está siendo aburrido. Necesito llegar a algún punto en que me haga parar, abrir los ojos como platos y replantearme lo que pienso, siento, veo. Necesito que me dé un vuelco el corazón. Decidir, sentir, reir, estar estable.

Siempre estoy pensando en magia. Magia blahblah, magia blahblahblah. Pero se acabó. En parte, se acabó. Adiós, M. Llega un momento que debes no creerte del todo los cuentos si quieres seguir viviendo en el mundo real. Que, a ciencia cierta, no sé si es lo que quiero hacer.

Me siento como esas personas desengañadas, que escriben en su blog -o cualquiera de sus espacios cybernéticos- cosas como "no confíes en nadie", "naciste solo y morirás solo". Y así. Yo sé que esto pasará. No sé cuando, pero ahí estoy yo, esperando. Rezo, rezo y rezo para que no me diagnostiquen que soy bipolar ni nada parecido. Que lo dudo muchísimo. Pero esta época es un asco. No me gusta. Quiero pasar página ya.

Tal vez sea culpa mía, que no pido ayuda cuando la necesito. Pero es que tampoco me ven cuando naufrago. Parece que soy invisible. Assco.

Quiero ponerme pronto a trabajar, para reunir dinero y viajar muuuuuuuuy lejos para ver a C., verla y estrujarla. Y sentir por unos días que ésa es mi vida. Siempre estoy deseando un borrón y cuenta nueva. No sé echar raíces.

Necesito algún método para canalizar mi rabia. Quiero destrozar cosas.



Quiero que otra vez sea febrero de 2005. Veintiocho días sonriendo.





Mercury Rev - Lincoln Eye's.